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Winter is coming

Consejos para conducir en invierno

El temido enemigo de la serie Juego de Tronos es el invierno, tal y como reza el lema de la casa Stark «Winter is coming» (se acerca el invierno). Lejos de la ficción televisiva, para los automovilistas también el frío, la nieve y el hielo son los enemigos más peligrosos y el invierno, la época del año en que más accidentes se producen. Con el asesoramiento de la Escuela de Conducción de ALD Automotive, proponemos una serie de consejos para viajar lo más seguro posible ante tales inclemencias.

La llegada del invierno trae consigo bajas temperaturas, vientos y heladas muy intensas, por lo que es en la estación invernal cuando se producen más accidentes de tráfico por las inclemencias del tiempo y, en concreto, por las temidas placas de hielo que se forman en la carretera. Así pues, el primer consejo es dejar el coche en casa y, si es posible, viajar en un medio alternativo. Si no nos queda más remedio que desplazarnos en nuestro automóvil, intentar no utilizarlo por la mañana temprano, pues el riesgo de placas de hielo es mayor que cuando ha salido el sol. Asimismo, debemos revisar el estado de los neumáticos, procurando que tenga la máxima profundidad posible y que no sean demasiado anchos, además de comprobar que la presión se corresponde con la recomendada por el fabricante. Debemos tener en cuenta que la adherencia disminuye de forma crítica con temperaturas muy bajas y el neumático pierde propiedades, por lo que, si existe posibilidad, es recomendable montar neumáticos de invierno. En caso contrario, recordar que si se montan cadenas, no deben excederse los 40 km/h de velocidad.


Javier Cabanas, director de la Escuela de Conducción de ALD Automotive, señala que es importante «conocer cómo responde el vehículo en condiciones de frío extremo, para que el conductor ponga en práctica las técnicas de conducción más adecuadas para dominar el coche en situaciones adversas y disminuir el riesgo de sufrir un percance».

Dado que las placas de hielo hacen que los neumáticos pierden adherencia, el primer consejo es circular con marchas largas, ya que evitan un exceso de potencia que podría hacer patinar las ruedas. En la salida desde parado, si se trata de un vehículo diésel basta con insertar la primera y levantar suavemente el pie del embrague, sin acelerar. Si es un gasolina, habrá que añadir una ligerísima aceleración, pero sin perder la mesura con el embrague.


Igualmente, para evitar perder tracción es recomendable conducir con suavidad, tanto a la hora de realizar giros con el volante como a la hora de pisar los pedales de acelerador o freno. En el caso de perder el control, lo mejor es que el coche se deslice por la placa sin acelerar y frenar muy suavemente para evitar el bloqueo de las ruedas y hasta recuperar la adherencia; si resulta imposible, habrá que girar el volante en sentido contrario al que apunte el morro del vehículo. En este caso, apunta Cabanas, «las reacciones tienen que ser rápidas pero manteniendo la calma y la suavidad en las maniobras». En cualquier caso, el objetivo es conducir de la forma más regular posible para pisar el freno lo mínimo imprescindible y, siempre que podamos, utilizar el freno motor. Si no queda más remedio que presionar el freno, intentar hacerlo siempre que el coche circule en línea recta y con muchísima suavidad.

Evitar las rodaduras

Otro de los consejos que nos ofrece la Escuela de Conducción de ALD es evitar las marcas de rodadura de otros vehículos, ya que son zonas propensas a acumular agua y, por consiguiente, con mucho frío, hielo. En este punto, recuerda Cabanas, «hay que prestar especial atención a las zonas sombrías de la carretera, pues normalmente se hielan de forma permanente» y apela a la responsabilidad de los conductores «a la hora de ponerse al volante, si hay opción, hay que tratar de buscar las horas centrales del día, cuando la temperatura es más alta y muchas placas de hielo han desaparecido».


Con las heladas, se incrementa considerablemente la distancia de frenado, por lo que es aconsejable aumentar la distancia de seguridad para tener tiempo de reacción ante cualquier imprevisto. Sirva como dato que la distancia de frenado sobre hielo aumenta hasta 10 veces más que sobre asfalto seco. Igualmente es importante reducir la velocidad en torno al 20% del máximo que marque la vía en función de si la calzada está mojada, con nieve o con hielo. Así, si el máximo permitido sobre seco es de 90 km/h, sobre mojado sería conveniente no sobrepasar los 74 km/h; en nieve, los 53 km/h, y en hielo, los 28 km/h.

A todas estas recomendaciones hay que añadir la adaptación del vehículo para el invierno. En este sentido, es necesario comprobar que los neumáticos están preparados para rodar por calzadas a muy bajas temperaturas, «por eso, si son neumáticos de invierno, mucho mejor», señala Cabanas. Asimismo, hay que asegurarse de que luces, batería y limpiaparabrisas funcionan correctamente y que el nivel de líquidos es el adecuado. Asimismo, conviene disponer de cadenas y guantes, depósito de combustible lleno, gomas de los limpiaparabrisas en buen estado, liquido limpiaparabrisas con algo de anticongelante, linterna…

En resumen, las normas básicas a seguir en condiciones de pavimento deslizante por hielo o nieve son conducir con suavidad y anticipación, aumentar la distancia de seguridad, no realizar movimientos bruscos y conducir en marchas largas.

Juan Luis Franco